Caras vemos, corazones no sabemos

Revisado por Eva Andrés Vicente

Licenciada en Filología Clásica

“Caras vemos, corazones no sabemos” es un dicho popular que nos advierte sobre los peligros de confiar en las apariencias. Nos recuerda que la imagen externa de una persona no siempre refleja sus verdaderas intenciones, emociones o pensamientos.

Aunque esta expresión se ha popularizado en el mundo hispanohablante, su trasfondo puede relacionarse con la antigua filosofía moral de los pueblos nahuas o mexicas, quienes concebían a la persona como una dualidad compuesta por el rostro (ixtli) y el corazón (yólotl).

En esa cosmovisión, vivir con sabiduría implicaba cultivar tanto la expresión externa como la intención interna, es decir:

• Tener sabiduría: actuar con rectitud y responsabilidad frente a los demás.
• Tener un corazón firme: cultivar la voluntad, el juicio y la virtud en el interior.

En ese sentido, el dicho actual podría verse como una evolución popular de ese pensamiento profundo: la verdadera naturaleza de una persona no siempre es visible a simple vista.

Hoy en día, “Caras vemos, corazones no sabemos” se usa para invitar a la cautela antes de emitir juicios sobre los demás. También señala que las personas pueden esconder emociones, intenciones o conflictos personales tras una apariencia tranquila o agradable.

Una variante frecuente del dicho es: “Ojos vemos, corazones no sabemos”.

Por otro lado, al no poder conocer verdaderamente los sentimientos o intenciones de alguien basándonos en su apariencia externa, podemos caer en el error de crear una idea equivocada sobre esa persona. Veamos ejemplos de situaciones en este sentido:

• A veces, una persona muestra una sonrisa más brillante, pero esconde una luchas muy intensa.
• Es difícil saber la fuerza que hay detrás de una apariencia tranquila.
• Debajo de una actitud indiferente puede haber un mar de emociones ocultas.
• Nunca juzgues a alguien por su apariencia, pues no conoces la batalla que puede estar librando en su interior.

El mensaje del dicho también aparece reflejado en fábulas tradicionales, donde un depredador se muestra amable con su presa hasta que la traiciona. Ejemplos típicos incluyen al gato y el ratón, o al zorro y el cuervo, en los que la confianza en las apariencias lleva a una trampa.

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Cómo citar: Significados, Equipo (04/06/2025). "Caras vemos, corazones no sabemos". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/caras-vemos-corazones-no-sabemos/ Consultado: