Capacidades físicas

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Las capacidades físicas son aquellas necesarias para el desarrollo de actividades físicas. Sirven para realizar distintas acciones en el día a día, como desplazarnos, mover diferentes partes de nuestro cuerpo, reaccionar a estímulos o mantenernos de pie sin caernos.

Podemos entrenar y desarrollar las capacidades físicas mediante ejercicios destinados a ello. Por ejemplo, para correr más rápido, hemos de entrenar frecuentemente para reforzar músculos y mejorar nuestra técnica. Si deseamos tener más fuerza en nuestros brazos, levantar pesas nos ayudará con este cometido.

Dependiendo de la persona, los límites físicos serán unos u otros. El alcance de nuestras capacidades físicas viene marcado por la genética, preparación, práctica, y estado físico y mental. Aun así, todos podemos mejorar nuestras capacidades físicas, ya que su empleo regular es uno de los factores más importantes.

Tipos de capacidades físicas

Podemos diferenciar dos tipos de capacidades físicas:

  1. Las condicionales o básicas, que intervienen solamente la parte física de nuestro cuerpo.
  2. Las coordinativas, en las que el sistema nervioso cobra importancia.

1. Capacidades físicas condicionales o básicas

Las capacidades físicas condicionales o básicas son aquellas cualidades necesarias para llevar a cabo actividades físicas o motrices. Por ello, también se les llaman capacidades motrices. Estas son: fuerza, resistencia, velocidad y flexibilidad.

Precisamos entrenar y desarrollar estas capacidades para vencer resistencias mayores o sostener un esfuerzo por un tiempo extendido. Requiere tiempo y dedicación; es mediante un trabajo continuo y constante que dichas capacidades pueden mejorar.

La condición física, genética y eficiencia energética de nuestro organismo también afectan en el empleo de las capacidades físicas condicionales. Por ejemplo, si nuestra condición muscular es mala por una ruptura o enfermedad, nuestra fuerza o velocidad se verán resentidas.

Veamos en profundidad cada capacidad física condicional.

Fuerza

Hombre levantando un peso en un gimnasio para entrenar su fuerza y resistencia muscular.

La fuerza es la capacidad de resistir o vencer una resistencia generando tensión intramuscular. Es gracias a ella que podemos levantar objetos, desplazarlos, abrir puertas, caminar, correr e incluso masticar la comida.

Si trabajamos nuestros músculos, estos crecerán y se fortalecerán, desarrollando nuestra fuerza como consecuencia. Con el tiempo, seremos capaces de vencer resistencias mucho mayores comparado con otra persona que apenas trabaja sus músculos.

Hay varios tipos de fuerza, como:

  • Fuerza máxima: indica cuánta tensión intramuscular pueden generar nuestros músculos al aplicar fuerza sobre un objeto u otra fuerza externa. Un ejemplo sería levantar el mayor peso posible que nuestro cuerpo pueda soportar, sin dañar nuestros músculos.
  • Fuerza explosiva: se refiere a la mayor fuerza posible que podemos aplicar en el menor tiempo posible. En el pulso o lucha de brazos, este tipo de fuerza es clave para vencer al oponente.
  • Fuerza de resistencia: es la capacidad de resistir una fuerza externa manteniendo la tensión muscular a lo largo del tiempo. Por ejemplo, cuando levantamos a alguien en brazos y tratamos de mantener la posición durante varios segundos.
  • Fuerza estática: sucede cuando generamos tensión intramuscular sin realizar un movimiento. Un ejemplo es aplicar fuerza sobre una pared usando nuestros brazos.
  • Fuerza dinámica: es la fuerza en movimiento. Un ejemplo es realizar cualquier deporte que requiera esfuerzo físico y que debamos mover los brazos o piernas para golpear una pelota.

Vea también Tipos de fuerza en Educación Física.

Resistencia

Un grupo de gente alegre corriendo una maratón, poniendo a prueba su resistencia aeróbica.

La resistencia es la capacidad de sostener eficazmente un esfuerzo físico durante un tiempo extendido. Está ligada a nuestra capacidad pulmonar, la eficiencia energética de nuestro organismo, y la resistencia a la fatiga.

Por ejemplo, una persona que corre media hora sin cansarse tendrá más resistencia que otra que se fatigue a los quince minutos. Otro ejemplo sería una persona que ha pasado de hacer diez flexiones o lagartijas en un día a hacer cien diarias, al cabo de un mes.

Los dos tipos de resistencia son:

  • Resistencia aeróbica: da lugar cuando utilizamos oxígeno moderadamente, de forma que podemos reponerlo continuamente mediante la respiración. Por lo tanto, es más fácil sostener el esfuerzo físico por largos periodos de tiempo, desde minutos a horas.
  • Resistencia anaeróbica: da lugar cuando utilizamos más oxígeno del que respiramos. Debido a que nuestro organismo tiene una deuda de oxígeno, es más difícil sostener el esfuerzo físico. Por ello, suele estar ligado a actividades explosivas con pocos segundos de duración.

Vea también Resistencia en Educación Física.

Velocidad

Ocho corredores compitiendo en los 100 metros lisos, poniendo a prueba su velocidad.

La velocidad es la capacidad realizar en el menor tiempo posible cualquier actividad que requiera movimiento. Hablamos tanto de acciones que requieran desplazamiento como de aquellas en las que precisamos mover una parte de nuestro cuerpo.

Algunos ejemplos son acciones como correr los cien metros lisos en menos de diez segundos, colocar objetos en una caja rápidamente o esquivar golpes en una pelea de boxeo.

Podemos distinguir dos tipos de velocidad:

  • Velocidad de movimiento: se refiere al tiempo que uno tarda en finalizar una acción, como correr, mover la pierna, realizar un puñetazo, etc.
  • Velocidad de reacción: es la capacidad de reaccionar físicamente ante un estímulo externo en el menor tiempo posible. En las carreras de 100, 200 y 400 metros lisos, es vital reaccionar rápidamente al disparo de salida.

Flexibilidad

Una mujer vestida de azul haciendo una pose de yoga.

Es la capacidad de los músculos y ligamentos de estirarse y doblarse sin sufrir daños. La elasticidad de los músculos es un factor importante de cara a la flexibilidad. Uno puede poner en práctica ejercicios que aumenten la elasticidad muscular, lo que nos hará menos rígidos.

Acciones como tocarse los dedos del pie con las manos, sin doblar las rodillas, o colocar el pie detrás de la cabeza, son ejemplos comunes de flexibilidad. Aunque algunas personas son naturalmente más flexibles que otras, todos podemos desarrollar esta capacidad.

La flexibilidad puede diferenciarse en dos tipos:

  • Flexibilidad dinámica: implica la realización de movimientos que estiran músculos diferentes a lo largo del tiempo, como en algunos deportes y disciplinas de baile.
  • Flexibilidad estática: implica la ejecución de una postura que estira un músculo o un mismo grupo de músculos por un tiempo breve, como cuando hacemos yoga o estiramos antes de llevar a cabo otra actividad física.

Vea también Flexibilidad en Educación Física.

2. Capacidades físicas coordinativas

Las capacidades físicas coordinativas son aquellas en las que interactúan el sistema nervioso con la musculatura y el resto del cuerpo. Aquí intervienen también nuestra capacidad de percepción y procesado de información. Por ello, el sistema nervioso cobra un papel esencial.

Un hombre tocando la batería en un concierto, poniendo a prueba su capacidad física coordinativa de diferenciación.

Al tocar la batería, usamos tanto nuestra musculatura como el sistema nervioso.

Dada la naturaleza de estas capacidades, la condición mental es primordial para un buen desempeño. Las capacidades físicas coordinativas son:

  • La sincronización: es la capacidad de coordinar diferentes partes del cuerpo entre sí o con otras personas para realizar movimientos determinados. Para aplaudir, por ejemplo, hemos de sincronizar ambas manos y moverlas al mismo tiempo.
  • La diferenciación: es la cualidad de realizar diferentes movimientos del cuerpo de forma individual y coordinada, con el objetivo de ejecutar varias acciones con exactitud. Un baterista precisa entrenar esto, pues cada extremidad se enfoca en diferentes partes de la batería.
  • El equilibrio: es la capacidad de mantener una posición a lo largo del tiempo, sin caerse. Puede ser una posición estática, como cuando nos paramos en un borde, o en movimiento, como cuando vamos tras una pelota en fútbol.
  • El ritmo: se refiere a la aptitud de sostener una acción repetida de forma periódica, manteniendo siempre un mismo intervalo de tiempo. Algunos ejemplos son correr una maratón manteniendo la misma velocidad o golpear varias veces un clavo con un martillo.
  • La orientación: nos permite determinar la posición de nuestro cuerpo y sus diferentes partes con relación a otro cuerpo, parte del cuerpo o espacio. Es lo que nos ayuda a entender dónde tenemos nuestras manos o en qué parte estamos dentro de un bosque.
  • La relajación: es la capacidad de reposar la musculatura de forma voluntaria, destensando los músculos y evitando realizar movimientos.

Vea también Qué es la Educación Física y Equilibrio (en Educación Física).

Cómo citar: Significados, Equipo (12/01/2024). "Capacidades físicas". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/capacidades-fisicas/ Consultado:

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