Legalidad
La legalidad es la condición por la cual un acto, decisión o conducta se encuentra conforme al ordenamiento jurídico vigente en un Estado. Todo acto legal debe realizarse dentro del marco de las leyes establecidas y respetar los principios fundamentales del Derecho.
El principio de legalidad establece que todas las acciones de los poderes públicos deben estar regidas por las normas del ordenamiento jurídico, y no por decisiones arbitrarias o voluntades individuales.
Este principio tiene su origen en el Derecho Administrativo, donde cumple una función esencial: limitar el poder del Estado, asegurando que sus actuaciones se ajusten a lo dispuesto por la ley. Su objetivo es proteger a los ciudadanos frente a la arbitrariedad del poder y garantizar la seguridad jurídica.
El principio de legalidad impone que:
- La ley prevalezca sobre cualquier interés individual o institucional.
- Se evite el abuso de poder por parte del Ejecutivo o el Judicial.
- Se respete un marco normativo que ordene, regule y limite la acción estatal.
Desde un punto de vista jurídico, este principio se estructura a partir de cuatro condiciones fundamentales:
- Delimita el ámbito de actuación de la ley, es decir, define en qué espacios puede intervenir.
- Establece un orden jerárquico entre las normas, donde las inferiores deben ajustarse a las superiores.
- Determina cuál norma concreta se debe aplicar a cada caso específico.
- Regula los poderes que la norma confiere a la administración pública, asegurando que actúe dentro de sus límites legales.
El principio de legalidad es un pilar del Estado de derecho, ya que permite controlar el ejercicio del poder y proteger los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos.
Legalidad como valor
Entendida como valor, la legalidad representa el conjunto de principios, creencias y normas que orientan a la ciudadanía a actuar dentro del marco legal, y a valorar el respeto por el Derecho como un componente esencial de la vida social.
Fomentar la legalidad como valor significa promover la confianza en el sistema jurídico, fortalecer la cultura del cumplimiento de la ley y rechazar prácticas injustas, arbitrarias o corruptas, tanto entre los ciudadanos como en quienes ejercen funciones públicas.
Diferencia entre legalidad y legitimidad
Legalidad y legitimidad son conceptos fundamentales en la teoría política y en el funcionamiento del Estado de derecho, aunque no significan lo mismo:
Legalidad se refiere a la conformidad con el derecho positivo, es decir, al cumplimiento de las leyes establecidas por un sistema jurídico.
Legitimidad alude al reconocimiento social y ético de la autoridad que ejerce el poder, basándose en valores como la justicia, la equidad y el consenso popular.
Mientras que la legalidad da validez jurídica a las acciones del poder, la legitimidad les da aceptación moral y social.
Desde esta perspectiva:
- La legalidad impone una obligación jurídica.
- La legitimidad genera un reconocimiento ético, que otorga al poder autoridad moral.
Una autoridad puede ser legal (haber accedido al poder conforme a la ley), pero no necesariamente legítima si no cuenta con la aceptación o respaldo de la población. Por ello, ambos conceptos son necesarios para el pleno funcionamiento de un Estado democrático: la legalidad garantiza el respeto a las normas, y la legitimidad asegura la confianza y obediencia de los ciudadanos.
Vea también: Legitimidad, Jurídico y Justicia
Cómo citar: Significados, Equipo (29/05/2025). "Legalidad". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/legalidad/ Consultado: