Sistema Nervioso Central

Revisado por Stephen Rhoton

Graduado en Ingeniería de Sistemas Biológicos

El sistema nervioso central o SNC es una estructura compleja que se encarga de procesar nuestros pensamientos y toda la información que obtenemos a través de los sentidos. Lo poseen los seres humanos, los animales vertebrados y la mayoría de los invertebrados.

Está compuesto por el encéfalo y la médula espinal, protegidos por el cráneo y la columna vertebral, respectivamente. Ambas partes se comunican entre sí y con el resto del cuerpo mediante impulsos nerviosos, gracias a las neuronas que componen el sistema.

A grandes rasgos, el cerebro, ubicado en el encéfalo, es el órgano que recibe y emite toda la información que pasa por nuestro cuerpo. Es el centro de mando, donde se controlan todos los procesos. En cuanto a la médula espinal, esta se encarga de transmitir impulsos nerviosos hacia el cerebro o del cerebro a otras partes del cuerpo.

El sistema nervioso central coopera con el sistema nervioso periférico o SNP, que juntos conforman el sistema nervioso del cuerpo humano.

Partes del sistema nervioso central

Sistema nervioso central

A continuación se presentan las partes del sistema nervioso central y sus funciones.

Encéfalo

El encéfalo es una masa nerviosa que se encuentra protegido por los huesos del cráneo. Se caracteriza por ser el centro de control del cuerpo, pues regula nuestra hambre, sueño, movimientos e incluso las emociones, entre otras cosas.

El encéfalo está compuesto por:

el cerebro,
el cerebelo,
y el tallo cerebral.

1. Cerebro

El cerebro es la masa más voluminosa e importante del encéfalo y se encuentra protegido por la cavidad craneal. Cumple con diversas funciones vitales en los seres humanos, animales vertebrados, y muchos de los invertebrados. En pocas palabras, toda la información que reciben y envían los sentidos, órganos y tejidos de nuestro cuerpo pasa por el cerebro.

La corteza cerebral está formada por numerosos pliegues compuestos de sustancia gris, bajo la cual se encuentra también la sustancia blanca. En las zonas más profundas se distinguen el tálamo, el núcleo caudado y el hipotálamo.

A su vez, se diferencian dos partes del cerebro llamados hemisferios, que son el hemisferio derecho e izquierdo. Ambos se comunican entre sí a través del cuerpo calloso, un haz formado por fibras nerviosas.

Los hemisferios poseen cisuras o surcos profundos en la corteza cerebral, que demarcan los lóbulos del cerebro. Estos son:

lóbulo frontal, dedicado a la conducta, toma de decisiones y acción humana, incluyendo el control de músculos;
lóbulo temporal, que interviene en la vista, comprensión del habla y la memoria;
lóbulo parietal, ligado a la información sensorial, recibida por los sentidos, y la percepción del espacio;
y lóbulo occipital, cuya función principal es procesar la información visual.

Vea también Cerebro humano y Partes del cerebro y sus funciones.

2. Cerebelo

El cerebelo se ubica en la parte posterior del encéfalo, detrás y debajo del cerebro, y se trata de la segunda sección que comprende el encéfalo. Se conecta con el tallo cerebral y con la parte superior de la médula espinal.

El cerebelo posee la función de relacionar las vías sensitivas con las vías motoras. Gracias a él, es posible mantener la postura y el equilibrio corporal. Por ejemplo, nos permite coordinar diversos movimientos motores como caminar, escribir, correr o hablar, e interviene en la tensión muscular.

3. Tallo cerebral

El tallo cerebral, tronco cerebral o tallo encefálico es el que une el cerebro con la médula espinal. Se encarga de controlar diversas funciones como la respiración o el ritmo cardíaco.

El tallo cerebral está compuesto por:

Mesencéfalo: controla los movimientos oculares y regula los reflejos de los ojos, la cabeza y el cuello.
Protuberancia anular: funciona como una vía sensitiva que conduce las sensaciones desde la médula hasta el cerebro, y viceversa. Asimismo, es una estructura que nos permite mantener el equilibrio corporal.
Bulbo raquídeo: controla el ritmo cardíaco, la presión sanguínea e interviene en el ritmo respiratorio. También controla la deglución (para tragar comida), el vómito, el estornudo y la tos.

Médula espinal

La médula espinal es un cordón que se prolonga desde el encéfalo por toda la parte interna de la columna vertebral. Su principal función consiste en transmitir los impulsos nerviosos y en conectar el encéfalo con el resto del cuerpo. Se caracteriza por tener la sustancia blanca en la parte exterior y la sustancia gris en la parte interior.

En la médula espinal se llevan a cabo dos funciones de gran importancia:

la aferencia sensitiva, que consiste en recibir los estímulos sensitivos que llegan a la médula espinal;
y la eferente, que se relaciona con la movilidad de las extremidades, es decir, envía información al sistema nervioso periférico.

En la médula espinal se recibe y envía información para todo el cuerpo. Por tanto, es la responsable de diversos arcos reflejos y de conducir los impulsos nerviosos enviados por el cerebro.

De la médula espinal surge una red de nervios dirigidos a diferentes órganos, tejidos y extremidades del cuerpo humano. Esta red conforma el sistema nervioso periférico o SNP, con el que se comunica constantemente para asegurar el buen funcionamiento del organismo.

Funciones del sistema nervioso central

La importancia del sistema nervioso central reside en la capacidad de controlar las funciones corporales, distinguir emociones, y desarrollar conocimientos y aprendizajes.

En el sistema nervioso central se llevan a cabo los procesos mentales necesarios para comprender la información que recibimos del exterior. Asimismo, es el sistema encargado de transmitir ciertos impulsos hacia los nervios y los músculos para dirigir procesos y movimientos del cuerpo.

El sistema nervioso central se vale de las neuronas, tanto sensoriales como motoras, del encéfalo, y la médula espinal para provocar las respuestas precisas a los estímulos que el cuerpo recibe.

Por ejemplo, el sistema nervioso central nos permite detectar una pelota aproximándose, y envía señales a nuestro cuerpo para reaccionar y patearla. Otro ejemplo es cuando de repente estamos en un lugar con mucha luz, y como reflejo el cerebro indica a nuestros párpados que se cierren.

Además, el sistema nervioso interviene en nuestras conductas, tomando en cuenta las experiencias pasadas y los estímulos recibidos. Es decir, el sistema nervioso central nos permite reconocernos como individuos, ser conscientes de quiénes somos, de qué hacemos y sentimos.

Ver también Neurona y Sinapsis.

Características del sistema nervioso central

Tanto el encéfalo como la médula espinal están recubiertos por tres membranas que les sirven de protección, conocidas como meninges:

la duramadre, que es la membrana externa;
la aracnoides, que constituye la membrana intermedia;
y la piamadre, la membrana interna de ambos órganos.

La aracnoides contiene un líquido incoloro y transparente llamado líquido cefalorraquídeo. Este líquido es vital para el sistema nervioso central, pues transporta los nutrientes desde la sangre al encéfalo y la médula espinal. Sumado a esto, también interviene en la eliminación de productos residuales, y aporta protección mecánica y amortiguación a la médula.

El sistema nervioso central posee dos clases de sustancias a destacar, nombrados según el color característico de ellos:

la sustancia gris, que está formada por las dendritas y el cuerpo celular de las neuronas, y conforma la zona más externa de los órganos nerviosos;
y la sustancia blanca, formada por los axones, esenciales en la transmisión de la información eléctrica emitida por impulsos nerviosos.