Tipos de Narradores

Eva Andrés Vicente
Eva Andrés Vicente
Licenciada en Filología Clásica

El narrador es un elemento esencial en la narrativa, es la voz que cuenta la historia y otorga un punto de vista acerca de la acción relatada. Podemos encontrar diferentes tipos de narradores que, dependiendo de la obra literaria, influirán en el modo de contar la historia.

El cuento, por ejemplo, suele utilizar narradores externos, como los narradores omniscientes, que se encargan de guiar a los lectores a través de la narración, como sucede en la mayoría de cuentos populares.

Habitualmente se establece la clasificación de los tipos de narradores dependiendo de la persona verbal utilizada:

Narradores en tercera persona

El narrador de tercera persona ofrece la perspectiva de alguno de los personajes, observa la acción de cerca y aporta una visión a veces subjetiva. En las novelas el tipo de narrador puede variar a lo largo de la obra.

Podemos encontrar narrador en tercera persona en muchas obras como, por ejemplo, La novia gitana de Carmen Mola.

En la calle de Ministriles, donde está el pequeño apartamento de Susana, no se ve un alma. A cualquiera le daría miedo caminar por allí de noche, por una acera oscura en la que el ayuntamiento parece que ha olvidado poner farolas. Pero ella está acostumbrada y no tiene ningún temor, no está dispuesta a vivir con miedo, como siempre ha querido su madre.

Narrador omnisciente

El narrador omnisciente cuenta la historia en tercera persona, es un observador externo que sabe todo lo que ocurre en la historia y lo que piensan y sienten los personajes. Puede ser objetivo o subjetivo en la forma en que presenta la información. Su punto de vista puede variar de un personaje a otro, permitiendo al lector conocer los pensamientos de varios personajes.

Encontramos este tipo de narrador, por ejemplo, en Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez:

Para esa época, Melquíades había envejecido con una rapidez asombrosa. En sus primeros viajes parecía tener la misma edad de José Arcadio Buendia. Pero mientras este conservaba su fuerza descomunal, que le permitía derribar un caballo agarrándolo por las orejas, el gitano parecía estragado por una dolencia tenaz. Era, en realidad, el resultado de múltiples y raras enfermedades contraídas en sus incontables viajes alrededor del mundo.

Narrador limitado

El narrador limitado cuenta la historia de forma externa, pero su punto de vista es limitado, no tiene un control absoluto sobre la narración, únicamente conoce lo que le sucede a uno los personajes. Cumple el papel de observador, es objetivo y siempre se mantiene dentro de los límites de aquello que conoce.

Vemos un ejemplo de narrador limitado en 1984, de George Orwell.

Lo que ahora se disponía Winston a hacer era abrir su Diario. Esto no se consideraba ilegal (en realidad, nada era ilegal, ya que no existían leyes), pero si lo detenían podía estar seguro de que lo condenarían a muerte, o por lo menos a veinticinco años de trabajos forzados. Winston puso un plumín en el portaplumas y lo chupó primero para quitarle la grasa. La pluma era ya un instrumento arcaico. Se usaba rarísimas veces, ni siquiera para firmar, pero él se había procurado una, furtivamente y con mucha dificultad, simplemente porque tenía la sensación de que el bello papel cremoso merecía una pluma de verdad en vez de ser rascado con un lápiz tinta.

Ver también Tercera persona.

Narradores en primera persona

Este tipo de narrador es un personaje dentro de la historia, tiene una perspectiva limitada, puesto que solo puede contar aquello que conoce. Como consecuencia, su visión de los hechos puede estar sesgada por sus emociones.

Encontramos narradores en primera persona, cuando es el propio protagonista quien narra la historia. Un recurso muy utilizado en ensayos y en novelas, como El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger.

Al rato de estar sentado empecé a aburrirme. Me levanté, me alejé unos pasos y me puse a bailar claqué para pasar el rato. Lo hacía solo por divertirme un poco. No tengo ni idea de claqué, pero en los lavabos había un suelo de piedra que ni pintado para eso, así que me puse a imitar a uno de esos que salen en las películas musicales. Odio el cine con verdadera pasión, pero me encanta imitar a los artistas. Stradlater me miraba a través del espejo mientras se afeitaba y yo lo único que necesito es público. Soy un exhibicionista nato.

Narrador protagonista

El narrador está encarnado por el protagonista de la acción y narra la historia en primera persona, de forma activa y un tanto subjetiva, puesto que su punto de vista puede verse influenciado por sus emociones.

La forja de un rebelde, de Arturo Barea, utiliza este tipo de narrador.

A mí me gusta correr así. En el barrio tenemos los chicos un auto. Es un cajón con cuatro ruedas y las dos de delante tienen un guía con una cuerda. En él bajamos corriendo la cuesta de la calle de Lepanto, que es muy larga. Cuando llegamos abajo, con la velocidad seguimos corriendo por el asfalto de la plaza de Oriente. El único peligro es que abajo, en la esquina, hay un farol; Manolo, el chico del tabernero, se pegó un día contra este farol y se rompió un brazo.

Narrador testigo

El narrador testigo suele ser un personaje secundario, es decir, participa en la acción pero de forma menos directa. Emplea la primera persona para relatar aquello que observa, y tiende a hacerlo de forma objetiva.

Este ejemplo es un fragmento extraído de Cumbres borrascosas, de Emily Bronte.

En la casa solo habíamos quedado otro criado y yo. Era habitual dejar cerradas las puertas; pero aquel día era tan agradable, que las dejamos abiertas. Y con objeto de cumplir mi misión, encargué al criado que fuese a comprar naranjas al pueblo para la señora. El criado se fue y yo subí.
La señora Linton estaba sentada junto a la ventana abierta. Vestía de blanco y llevaba un chal sobre los hombros. Su espesó y largo cabello, cortado al comienzo de su enfermedad, caía en trenzas sobre sus hombros. Había cambiado mucho, como yo dijera a Heathcliff; pero, no obstante, cuando estaba serena, ostentaba una especie de belleza sobrenatural. En lugar de su antiguo fulgor, sus ojos poseían ahora una melancólica dulzura.

Narradores en segunda persona

Este tipo de narrador es menos común, puesto que se dirige directamente al lector utilizando la segunda persona (tú) y le hace partícipe de la historia. Algunos autores suelen alternar esta clase de narrador con partes narradas en tercera persona.

Veamos un ejemplo extraído del ensayo El secreto de la vida, de Miguel de Unamuno.

Cuando hemos hablado del deber de la sinceridad, me has replicado siempre que hay en nosotros pensamientos y sentimientos que no debemos revelar, sino guardar con cuidado y celo. Y yo te lo rebatía, y con cierta agresiva vehemencia oponía a tus reservas lo de la necesidad de andar con el alma desnuda y de la confesión pública. Pero he meditado después en ello y he venido a la conclusión de que, en efecto, estabas en lo firme, y de que es precisamente el deber de la sinceridad el que nos manda velar las entrañas de nuestra alma.

Ver también:

Referencias:

  • Díez Borque, J. M. (1977). Comentario de textos literarios. Método y práctica. Madrid: Playor.
  • Jiménez, L. (2011). Reflexiones en torno a la didáctica de la teoría literaria. Revista Paideia Surcolombiana, (16), 173-180.
  • Kohan, S. A. (2013). Las estrategias del narrador. Alba Editorial.

Cómo citar: Vicente, Eva (22/11/2023). "Tipos de Narradores". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/tipos-de-narradores/ Consultado:

Eva Andrés Vicente
Eva Andrés Vicente
Licenciada en Filología Clásica por la Universidad Complutense de Madrid (2007). Profesora de clases particulares de latín, griego y lengua española entre 2006 y 2009. Creadora de contenidos online desde mayo de 2021.
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