11 Historias cortas
Las historias han acompañado al ser humano desde el inicio de los tiempos. Con ellas se buscaba comprender el mundo, explicar las relaciones humanas, advertir sobre los peligros o, simplemente, disfrutar del placer de narrar y escuchar.
Ya sea leyendas transmitidas de generación en generación, relatos mitológicos o creaciones originales de un autor, las historias son parte esencial de toda cultura. Cada civilización, cada pueblo y cada tribu ha tejido las suyas propias.
A continuación, encontrarás una selección de historias cortas de distintas tradiciones y autores.
El león y el jabalí (Esopo)

Esopo, el genial fabulista griego, fue el autor de esta historia con moraleja.
Era un verano sofocante, con un sol radiante azotando. En medio del bosque, había una fuente fresca, donde los animales acudían para saciar su sed. Una tarde, llegaron al mismo tiempo un león y un jabalí. Ninguno de los dos parecía dispuesto a ceder su turno, y pronto comenzaron a discutir sobre quién bebería primero.
Las palabras se transformaron en gruñidos, y los gruñidos en zarpazos. La pelea se prolongó hasta que, agotados, decidieron hacer una pausa. Entonces levantaron la vista…
En el cielo, aves de rapiña volaban en círculos, pacientes, esperando que alguno de ellos cayera muerto para darse un banquete con sus restos.
De pronto, el león y el jabalí entendieron el peligro: su orgullo estaba a punto de convertirlos en carroña para las aves. Mirándose con desconfianza, decidieron pactar la paz, beberían ambos al mismo tiempo, y así, vivirían para contarlo.
Aztlan (leyenda de México)
Los pueblos azteca, al igual que otros de la región, tenía una mitología muy rica. Los ecos de sus historias aún perduran y son visibles diferentes detalles de la cultura mexicana. Aztlan era un lugar que hoy llamaríamos paradisíaco, del cual salieron los diferentes pueblos aztecas, y los mexicas fueron los últimos en salir.
Aztlán era la tierra mítica donde vivían las siete tribus aztecas. Era un lugar hermoso, pero también gobernado por un mal líder que mantenía al pueblo sometido a la pobreza y el hambre. Cansadas de tanto sufrimiento, las tribus decidieron marcharse una por una, abandonando aquella ciudad brillante que poco a poco quedó vacía.
Cada tribu contaba con la protección de un dios propio, al que llamaban cariñosamente “abuelo”. En total eran siete, tantos como tribus. Estos dioses habían nacido de la poderosa diosa Citlalicue, que un día dio a luz un gran cuchillo de piedra. Al caer, la piedra se rompió en pedazos, y de cada fragmento surgió un dios.
Uno de estos dioses, Huitzilopochtli, entristecía al ver a su pueblo, los mexicas, sufrir bajo la opresión. Decidido a salvarlos, les prometió guiarlos hacia una tierra nueva, fértil, abundante, llena de vida, donde nunca les faltara alimento. Así, los mexicas dejaron atrás Aztlán y comenzaron una larga peregrinación a través de selvas y montañas, siguiendo las señales de su dios.
Y así fue como la espléndida ciudad de Aztlán quedó abandonada, perdida en el tiempo y en la memoria. Hasta el día de hoy, nadie sabe con certeza dónde se encontraba aquel lugar mítico: un misterio que sigue fascinando a quienes buscan los orígenes del pueblo azteca.
Ver también: Mitos de México y 13 Leyendas mexicanas cortas y populares
Belerofonte y la Quimera (mitología griega)

La Quimera era un monstruo con cuerpo de león. Tenía dos cabezas, una de león y otra de cabra, y su cola era un dragón. Este monstruo asolaba los campos, atemorizando a la gente.
Belerofonte era un apuesto joven que fue enviado a la corte del rey Yóbates para que este le diera muerte. Pero Yóbates no quería cometer directamente un crimen y decidió enviarlo a matar a la Quimera. Con esto buscaba, por un lado, matar a Belerofonte. Por otro lado, si este vencía a la Quimera, se libraría del monstruo y le daría la mano de su hija. Fuera cual fuera el resultado, saldría ganando.
En una fuente, Belerofonte se encontró a Pegaso, el hermoso caballo blanco alado, que había nacido de la sangre de Medusa. Intentó acercarse a él varias veces... pero el fantástico animal se alejaba continuamente. Por fin, apareció la diosa Atenea, quien le entregó una brida para que pudiera montarlo.
De este modo, a lomos de Pegaso, Belerofonte voló por los cielos en busca del monstruo. Cuando lo encontró, se acercó e intentó quemarlo con su aliento de fuego, pero Belerofonte tenía un plan.
Había cogido una lanza en la que había puesto plomo en su punta, recubriéndola. Cuando la Quimera lanzó una bocanada de fuego, se fundió el plomo. El metal fundido entró por la boca del monstruo, poniendo fin a su vida.
Una vez liberado el reino del monstruo, y tras otras pruebas a las que fue sometido por Yóbates, Belerofonte se casó por fin con su hija.
Ver también: Mitos cortos y Mitos nórdicos
La Reina de las Nieves
Hans Christian Andersen fue el autor de numerosas historias, como la famosa La Siernita. Este cuento nos habla de la amistad entre dos jóvenes.
Había dos chicos: Kay y Gerda. Eran amigos y vecinos, y pasaban todo el tiempo juntos. En un gélido invierno, la abuela de Kay, junto a la estufa, les contaba la historia de La Reina de las Nieves, cuando una racha de viento golpeó una ventana.
El cristal se rompió, y una esquirla se metió en el ojo de Kay, llegando hasta su corazón. A partir de ese momento, Kay no volvió a ser el mismo. Se había vuelto huraño y ya no le gustaba estar con Gerda.
En una ocasión, vio un trineo en una de las calles. Se subió a él y se empezó a mover solo a gran velocidad. No se dio cuenta de que el trineo estaba conducido por una mujer: La reina de las Nieves. Esta puso a Kay a su lado y le dio un beso, haciendo que se le borraran todos los recuerdos. Acto seguido, lo llevó a su castillo.
Gerda empezó a buscar a su amigo. Pasó varias peripecias hasta que un reno le dijo que había visto a Kay. La llevó al castillo, un lugar de hielo en un paisaje gélido. Para liberarlo, tenía que resolver un complicado rompecabezas de hielo.
Gerda vio a Kay y fue a abrazarlo, pero este no la reconoció y la chica empezó a llorar. Sus lágrimas llegaron al corazón del muchacho y le descongelaron el corazón. Se fundieron en un abrazo y el rompecabezas se reconstruyó solo.
Felices, volvieron juntos a casa.
El rey Arturo

El rey Arturo y su mundo han cautivado durante siglos a numerosos lectores. Su historia tiene muchas versiones, de modo que nos ceñiremos a la más popular.
Arturo, hijo de del rey Uter Pendragón y de Ygraine, fue criado de manera clandestina por un caballero. Su padre, Uter, había clavado una espada en una roca, por lo que solo podría desclavarla el verdadero heredero al trono. Muchos lo intentaron, pero ninguno lo consiguió.
Arturo, mientras buscaba una espada, se encontró la espada clavada en la roca y la sacó con facilidad, por lo que fue proclamado rey de los Britanos.
Aconsejado por Merlín y acompañado por los célebres caballeros de la Mesa Redonda (Lanzarote, Galván, Yvaín, Tristán, etc.), la corte de Camelot era un lugar idílico y respetado. Sus valientes caballeros emprendieron la búsqueda del Santo Grial, de la cual muchos no volvieron, como Galaz o Perceval.
Tras descubrirse los amores entre Ginebra, mujer de Arturo, y Lanzarote, el reino empezó a decaer, provocando luchas intestinas. Mordred, hijo de Arturo, combatió contra su padre. El hijo murió, mientras que Arturo recibió graves heridas y fue llevado a la isla de Avalon.
Aún hoy, los britanos esperan la vuelta de su rey.
El origen del Zodiaco (historia china)
Hay varias diferencias entre el horóscopo chino y el occidental. La más visible es la diferencia entre los signos, ya que el horóscopo chino presenta animales y seres diferentes a los del mundo occidental. ¿Cómo llegaron esos animales a elevarse como signos del zodiaco?
Jade, el emperador y gobernador del cielo, quería seleccionar a doce animales para que formaran parte del zodiaco. Para tal fin, organizó una carrera entre todos los animales existentes, eligiendo a los doce primeros. Sin embargo, el trayecto presentaba como obstáculo un gran río.
Como había animales que no sabían nadar, algunos hicieron gala de sus habilidades. La rata, como no sabía nadar, se subió a lomos del buey. El conejo tampoco sabía sabía, y fue saltando de tronco en tronco.De este modo, llegaron los siguientes animales. el buey, la rata, el tigre, el conejo, el dragón, la serpiente, el caballo, la cabra, el mono, el gallo, el perro y el cerdo.
Muchos otros animales se quedaron fuera. Uno de ellos, el gato, llegó en decimotercera posición por un motivo: iba junto a la rata, entonces su amiga, a lomos del buey. Sin embargo, la rata lo empujó al río. Esto fue también el origen de la rivalidad entre gatos y ratas.
Cuervo (historia nativoamericana)

Las historias de las tribus nativoamericanas del norte son muy ricas. Un gran números de ellas intentan explicar diferentes aspectos y fenómenos del mundo, recurriendo a animales. Un buen ejemplo es la historia de Cuervo.
Había oscuridad. El mundo estaba sumido en una completa sombra, sin atisbo de luz. ¿El motivo? El jefe del cielo se había quedado toda la luz para él, guardándola en diferentes cajas.
La falta de luz hacía que la gente no pudiera llevar una vida normal: tenían hambre, pues no podían cosechar, ni cazar, ni pescar. Tampoco podían desplazarse con normalidad, pues necesitaban sus manos para palpar el medio y orientarse.
Pero Cuervo, harto de tanta oscuridad, decidió buscar una solución;: fue a una fuente y esperó a que llegara la hija del Jefe del cielo. Cuervo se convirtió en hoja y cayó en el recipiente donde la joven llevaba agua. De vuelta a casa, se paró a beber agua, y Cuervo se metió dentro de su cuerpo a través de la boca.
Así, la joven se quedó embarazada, y quien nació fue el propio Cuervo con una forma de niño, pero con espeso pelo negro y un gran pico por nariz. Iba de un lado a otro jugueteando por la casa del Jefe del cielo, cuando encontró la luz, que estaba guardada en cajas. Empezó a llorar para que el Jefe le dejara una caja para jugar y, de este modo, se callara.
Cuando se la dio, la abrió y, entonces, las estrellas se escaparon hacia el cielo. Y así, cada vez que lloraba, el Jefe le daba una caja para que se callara. Más tarde, liberó a la Luna y al Sol, y se transformó nuevamente en ave y llevó el Sol en su pico hasta el cielo.
Desde entonces, gracias a Cuervo, las estrellas, la Luna y el Sol siguen en el cielo, dando luz.
Madre Nieve
Este famoso cuento de los Hermanos Grimm puede encontrarse con otros nombres, como Señora Holle o Madre Hulda. Esta historia cuenta con una preciosa moraleja sobre la humildad y la codicia.
Eran dos jóvenes: una, hermosa y trabajadora; la otra, fea y muy perezosa. Las dos vivían con una mujer viuda, madre de la fea y madrastra de la hermosa. Odiaba a esta última, y siempre le mandaba las tareas más difíciles y pesadas.
Una de las duras tareas era sentarse junto a un pozo para coser y coser sin cesar. Un día, lavando el uso en el agua, se le escapó de las manos. Para que su madrastra no se enfadara, pues tenía un carácter muy irritable, se metió en el pozo para recuperarlo. Al salir, notó que se encontraba en otro lugar. No se encontraba cerca de casa de la viuda, sino en un ameno prado con una casa acogedora junto al pozo.
En la casa había una anciana, Madre Nieve, que la acogió a cambio de que le hiciera las tareas. La joven lo hizo encantada, ya que le agradaban tanto el lugar como la anciana. Pero, con el tiempo, la joven quiso volver a su casa. Madre Nieve la dejó irse, e incluso le dio valiosas y preciosas joyas como agradecimiento. La joven se metió en el pozo y salió, con sus joyas, junto a la casa de su madrastra.
Al ver las joyas, tanto la madrastra como la hija sintieron envidia y la codicia se adueñó de ellas. La madrastra le mandó a su hija que se metiera en el pozo para que volviera con un buen puñado de joyas. Pero Madre Nieve, al ver que no era buena persona, en vez de darle de riqueza, la cubrió de barro. Este barro no se separaría nunca de su cuerpo, dejándola siempre sucia.
Por su lado, la joven hermosa y trabajadora, por su parte, tuvo su recompensa, viviendo de manera cómoda.
Orión y el escorpión (mitología griega)

Los griegos ofrecen diferentes versiones sobre la historia de Orión y el escorpión. Presentamos la más conocida de ellas.
Orión era un hermoso gigante cazador, hijo del dios Poseidón. Era compañero de Artemisa, la diosa de la caza, con quien solía salir de caza por los campos griegos.
Pero Orión tenía un gran defecto: su carácter era presumido y pregonaba por todas partes que era capaz de cazar cualquier presa.
Gaia, la Madre Tierra, recelaba del gigante, por lo que decidió acabar con él: envió un escorpión para que lo matara con su veneno. Perisguiéndolo por los campos, el escorpión halló a Orión y le clavó su venenoso aguijón. El gigante sintió una dolorosa picadura, y el letal veneno empezó a correr por sus venas, poniendo fin a su vida.
Tras su muerte, fue elevado al firmamento, permaneciendo allí como la constelación de Orión. Su verdugo, el escorpión, le acompaña en la bóveda celeste, siendo uno de los doce signos del zodiaco.
Sindbad el Marino (Mil y una noches)

Las Mil y una noches contienen un gran número de bellas historias. Uno de sus personajes más conocidos es Sindbad, famoso por sus curiosos viajes. En la siguiente historia, contamos el primero de ellos.
Sindbad había nacido en una familia acomodada, pero perdió las riquezas que poseía. Vendió lo poco que le quedaba y decidió ponerse a viajar: embarcó en un navío. El barco paraba cada poco en numerosas islas, vendiendo las mercancías que transportaba.
En una ocasión, llegaron a una isla frondosa, y Sindbad decidió da runa paseo para ver sus maravillas. Pero la isla empezó a temblar y a sacudirse con violencia: no era una isla, sino una gigantes ballena. Los marineros salieron huyendo, pero Sindbad, junto a otros, se quedó encima de ella. Pero la ballena se sumergió, y los que estaban con Sindbad se ahogaron.
Sindbad sobrevivió agarrándose a un madero. Permaneció un día a la deriva hasta que llegó a una isla, donde sobrevivió comiendo frutas de los árboles. Paseando, se encontró una hermosa yegua y quiso acercarse a ella, pero de la tierra surgió un hombre que lo llevó con él a una caverna. Le dijo que había varias personas, y cuidaban los caballos del rey Mihraján. Después, lo llevaron a ver al rey, en donde tuvo gran amistad con él.
Tras varias aventuras, se reencontró con el capitán del barco en el que estaba antes, en la isla de la ballena. Finalmente, pudo volver a casa con él. Después, viviría numerosas aventuras.
Los regalos del los Viento del Norte (historia nórdica)
El folclore nórdico tiene historias emotivas y fantásticas. En esta historia, encontramos una personificación del Viento del Norte.
Un niño pobre volvía a casa después comprar harina, cuando una fuerte racha de viento le arrebató el saco de las manos, saliendo volando. Compró y segundo saco y le pasó lo mismo. Compró un tercer saco, con la misma suerte.
De este modo, el viento se había llevado tres sacos de harina. El niño, enfadado, se fue hacia el palacio del Viento del Norte y presentó su queja. El viento, para compensarlo, le dio un mantel mágico: si lo ponía en una mesa, se llenaba de comida.
De camino a casa, pasó la noche en un establo, lo probó y funcionó, pero cuando se lo quiso enseñar a su madre, el mantel no hacía nada.
Volvió al palacio del Viento del Norte, y este le dio una cabra que daba dinero. En el establo, la cabra hizo aparecer monedas de oro, pero cuando llegó a su casa, la cabra no hacía nada.
Volvió al palacio del Viento del Norte, y esta vez le dio un cayado. Este palo era mágico y podía golpear a las malas personas. Pasó la noche en el mismo establo cuando el cayado empezó a moverse solo y a golpear al dueño del lugar.
El dueño, viendo lo que hacían el mantel y la cabra, se los había quitado y cambiado por otros iguales, pero normales y corrientes. El chico recuperó el mantel mágico y la cabra que daba dinero.
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Cómo citar: Muriel, Tomás (15/09/2025). "11 Historias cortas". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/historias-cortas/ Consultado:








