Ámbar (piedra)
El ámbar es una resina fósil que proviene principalmente de árboles coníferos. Su formación requiere millones de años: la resina exudada por los árboles se endurece poco a poco y, con el paso del tiempo, termina fosilizándose.
El resultado es un material de gran belleza, generalmente de tonos amarillos y anaranjados, aunque existen variedades de otros colores.

El proceso comienza cuando los árboles liberan resina como respuesta defensiva frente a heridas o daños. Esta resina es pegajosa y puede atrapar insectos, plantas u otros pequeños restos. Con el paso del tiempo, la resina se endurece y, gracias a procesos químicos y geológicos, se convierte en ámbar.
Por ello, algunas piezas de ámbar contienen organismos o partículas atrapadas en su interior, funcionando como una ventana al pasado.
El ámbar más conocido y estudiado es el ámbar báltico, abundante en países como Polonia, Lituania o Rusia. También se encuentra en otras regiones del mundo, como la República Dominicana, México, Birmania (Myanmar) y China.
En México, destaca el ámbar de Chiapas, muy apreciado por su transparencia y por la variedad de colores que presenta: miel, amarillo, café, rojizo e incluso tonalidades verdes.
En latín, el ámbar se conocía como succinum, “resina que fluye”. La palabra “ámbar” proviene del árabe ‘anbar, que en origen designaba el ámbar gris (una sustancia de origen animal usada en perfumería). Con el tiempo, el término pasó también a aplicarse a la resina fósil.
El ámbar se considera una piedra preciosa por su belleza y variedad cromática: amarillo, naranja, rojo, blanco, café, verde azulado o incluso negro.
En la Antigüedad, se utilizaba como talismán, remedio medicinal y hasta como ingrediente para perfumes. Hoy sigue siendo valorado en joyería y coleccionismo, y también tiene interés científico por los fósiles que conserva.
En el mercado existen imitaciones, por lo que es importante saber distinguirlo. Una de las pruebas más comunes consiste en colocar la pieza bajo una luz ultravioleta: el ámbar verdadero brilla con un tono fosforescente. Otra prueba es sumergirlo en agua salada: el ámbar real flota, mientras que las falsificaciones suelen hundirse.
Es importante diferenciar entre materiales que a veces se confunden:
- Ámbar gris: no es resina, sino una sustancia de color grisáceo y aroma intenso que se forma en el intestino de los cachalotes. Se usó y aún se usa en perfumería.
- Azabache: es un lignito (carbón fosilizado) de color negro intenso, muy usado como piedra ornamental y protectora. Aunque a veces se le llama “ámbar negro”, en realidad no es ámbar.
Ver también Piedras Preciosas.
Ámbar y sus propiedades físicas
Por otro lado, el ámbar se conoce en el área de la física por sus propiedades eléctricas que, al rozar con otros objetos o al ser friccionado, atrae cuerpos leves.
Un fenómeno que se llama electrificación triboeléctrica y consiste en frotar ámbar contra otro material, como lana o seda, para adquirir carga eléctrica negativa. Se produce una transferencia de electrones entre las moléculas de los materiales en contacto.
El ámbar tiene una alta afinidad por los electrones y tiende a capturarlos durante la fricción, adquiriendo así una carga negativa. Este fenómeno es la base de los principios de la electricidad estática y es una de las propiedades más interesantes del ámbar.
Este hecho originó la palabra electricidad, del griego “ἤλεκτρον” o “electrón”, que significa “ámbar”.
Cómo citar: Significados, Equipo (22/09/2025). "Ámbar (piedra)". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/ambar/ Consultado:








