Oído (Sentido)
El oído es el sentido corporal que sirve para oír los sonidos generados por nosotros mismos, otros seres, objetos y fenómenos. Además, es el órgano sensorial que se encarga de nuestro equilibrio, pues contiene receptores dedicados a ello.
A efectos prácticos, el oído posibilita la comunicación oral entre personas. Sin este sentido, tendríamos que recurrir a estilos de comunicación visual, como el lenguaje de señas, o táctil, como braille. Otra utilidad es alertarnos de amenazas y peligros a nuestro alrededor, así como informar de la presencia de otras personas. ¡También nos permite disfrutar de la música!
En el oído hay partes a destacar como la oreja, el tímpano, la cóclea o los huesos del oído, compuestos por martillo, yunque y estribo. Todas estas piezas cooperan entre sí para percibir y transmitir las vibraciones sonoras que provienen del exterior, que luego se transforman en impulsos nerviosos.
El oído también percibe la posición del cuerpo en relación con la gravedad y envía la información necesaria para que el cuerpo mantenga el equilibrio. Sin él, el cerebro no entendería bien cómo nos movemos, y nuestro sentido de la vista se vería resentido hasta el punto de marearnos constantemente.
Partes del oído y sus funciones
La anatomía del oído consta de tres secciones: el oído externo, el medio y el interno. Veamos en profundidad cada una de estas partes.
1. Oído externo
Corresponde a la parte externa del oído, compuesta por la oreja, el conducto auditivo externo y el tímpano. Su función es captar las ondas sonoras y canalizarlas hacia el tímpano.
A su vez, cada parte cumple con una misión concreta:
- La oreja, pabellón auricular o pabellón auditivo: es una estructura hecha de cartílago, cubierta de piel. Su forma permite recoger las ondas sonoras que surgen de nuestro alrededor y conducirlas al orificio del conducto auditivo.
- El conducto auditivo externo: es una vía de entre 2 y 3 centímetros de longitud que atraviesa el hueso temporal del cráneo, adentrándose en la zona intracraneal. Además de dirigir el sonido hacia el tímpano, también contiene vellosidades y glándulas secretoras de cerumen o cera para impedir la entrada de cuerpos extraños, previniendo infecciones y daños.
- El tímpano o membrana timpánica: es una membrana fina, flexible y semitransparente, de poco menos de 1 centímetro de ancho. Separa el oído externo del oído medio, y vibra cuando recibe las ondas sonoras reconducidas por el conducto auditivo.
2. Oído medio
El oído medio comprende la zona situada justo detrás del tímpano, envuelta por la cavidad timpánica. En esta sección hallamos los huesos del oído, denominados osículos o huesecillos, tres piezas óseas que transmiten las vibraciones sonoras al oído interno. Aquí también se ubica la trompa de Eustaquio, vital en el control de presión del aire.
En concreto, las partes del oído medio son:
- El martillo: es el primer huesecillo del oído medio, adherido al tímpano mediante el músculo tensor. Esta pieza se encarga de captar las vibraciones del tímpano y transmitirlas al yunque.
- El yunque: es el osículo ubicado entre el martillo y el estribo. Su función es transmitir las vibraciones del martillo al estribo.
- El estribo: se trata del último huesecillo del oído medio, que transmite las vibraciones del yunque a la ventana oval. También hace de sello de la ventana oval, y se trata del hueso más pequeño del ser humano. El músculo estapedio de la cavidad timpánica posee un tendón que amortigua las vibraciones del estribo para que no se dañe ante sonidos muy intensos.
- La ventana oval: es una membrana que recubre el orificio de la cóclea, adherida al estribo. Marca la frontera entre el oído medio e interno, y se encarga de transmitir las vibraciones del estribo al fluido contenido en la cóclea.
- La trompa de Eustaquio: es un tubo cubierto de mucosa que conecta el oído medio con la vía aérea de la nasofaringe, la parte posterior de la nariz, permitiendo que el aire exterior entre al oído medio sin pasar por el tímpano. La finalidad es mantener la presión del aire equilibrada en ambos lados del tímpano. Sin este equilibrio, el tímpano se retraería, lo que provocaría daños en él.
3. Oído interno
El oído interno es la última sección que interviene en el sentido del oído. Posee una doble función, ya que, por un lado, sirve para convertir las vibraciones mecánicas en impulsos nerviosos, y por el otro lado, mantiene nuestro equilibrio.
Las partes del oído interno son:
- La cóclea: es un tubo hueco enrollado en espiral, con forma de caracol y llena de un líquido llamado endolinfa. Dentro alberga el órgano de audición, llamado órgano de Corti, que contiene miles de células con filamentos que oscilan al recibir las vibraciones provenientes de los huesecillos y la endolinfa. Según las frecuencias de sonido recibidas, convertirán la señal en unos impulsos nerviosos u otros.
- La ventana redonda: es otra membrana situada al inferior de la ventana oval, cuyo objetivo es amortiguar los cambios de presión en la cóclea ejercidos por las ondas sonoras.
- El nervio coclear: es un nervio que se encarga de transmitir los impulsos nerviosos generados por las células de la cóclea al cerebro.
- El vestíbulo: es el órgano que contiene receptores de equilibrio. Está compuesto por:
- Sáculo: un saco lleno de líquido que contiene células para detectar el movimiento vertical de la cabeza.
- Utrículo: otro saco lleno de líquido que posee otro grupo de células, y se encarga de percibir el movimiento horizontal de la cabeza.
- Conductos semicirculares: son tres conductos, repletos de cilios, que describen un ángulo de 90º entre sí y captan la rotación de la cabeza. Estos conductos no están completamente llenos de líquidos todo el tiempo, sino que uno se llenará más que los otros, acorde a los movimientos de nuestra cabeza.
- El nervio vestibular: es el nervio responsable de enviar las señales generadas en el vestíbulo al cerebro, de forma que sabe en todo momento cómo se mueve y rota la cabeza del individuo.
Características del oído
- El oído es un sentido pasivo, ya que no lo controlamos directamente.
- El oído procesa la información más rápidamente que el sentido de la vista. Por ello, solemos reaccionar antes frente a estímulos auditivos que no visuales.
- El oído humano puede captar sonidos con una frecuencia entre 20 y 20000 hercios, que en decibelios serían entre 0 y 130 aproximadamente. Por encima del valor máximo, el oído puede sufrir daños severos.
- La pérdida de audición sucede por la destrucción de las células ciliadas ubicadas en la cóclea, pues son muy frágiles frente a vibraciones de gran intensidad. Estas células no se pueden regenerar ni reemplazar, por lo que la pérdida es permanente.
- Cuando damos vueltas sobre nosotros rápidamente y de repente paramos, vemos que todo sigue dando vueltas por unos segundos. Esto es porque el líquido dentro del vestíbulo y los conductos semicirculares siguen moviéndose, y el cerebro interpreta esto como si aún estuviéramos dando vueltas.
Cosas que afectan negativamente al oído
La sensación de sentir los oídos tapados o percibir una reducción en la audición puede derivarse por múltiples causas. Algunas son:
- La acumulación de cerumen y agua en el conducto auditivo.
- Una exposición prolongada ante sonidos intensos.
- Gripes, congestión nasal y/o infecciones.
- Inflamación de los oídos.
- Épocas de estrés y angustia.
- Bloqueo de la Trompa de Eustaquio, lo que genera un cambio de presión en el oído, provocando una sordera pasajera.
Además, algunas infecciones en la vía respiratoria alta pueden afectar a los conductos semicirculares del oído interno. Es por eso que, al enfermarnos, a veces sentimos una pérdida de equilibrio o sufrimos de vértigo.
Vea también Los 5 sentidos.
También te puede interesar:
Rouvière, H.; Delmas, A. (2005). Anatomía humana: descriptiva, topográfica y funcional (11a ed., Vols. 1–4). Elsevier España
Cómo citar: Rhoton, Stephen (13/05/2024). "Oído (Sentido)". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/oido-sentido/ Consultado: