Feudalismo

Elena Martínez
Elena Martínez
Periodista, especializada en Historia e información cultural

El feudalismo fue una forma de organización económica, social y política basada en las relaciones de vasallaje (jura de lealtad y servicio a cambio de protección y recursos) entre las personas. Un sistema que predominó en Europa durante la mayor parte de la Edad Media, desde el siglo IX hasta el XV.

yelmo y otros enseres del feudalismo

Se trata de un proceso en el que confluyeron también otros fenómenos. Entre ellos, la parcelación de la tierra, la atomización del poder político y la jerarquización de la sociedad en clases sociales definidas por nacimiento en la mayoría de los casos.

El término feudalismo deriva de la palabra feudo (feodum o feudum en latín), que significa dominio o territorio.

El feudo era tanto el espacio de tierra que estaba dominado por un señor feudal, como el tipo de contrato que este establecía con sus vasallos, las personas que trabajaban en su territorio.

Los vasallos eran los campesinos que labraban la tierra y los que se ocupaban de otras labores dentro del feudo. También los soldados que protegían militarmente los dominios de su señor, conocidos como caballeros, se regían por el vasallaje.

Políticamente, el feudalismo se caracterizaba por la descentralización del poder. También por el papel influyente de la Iglesia Católica y de la nobleza. Esta última funcionaba a través de relaciones de lealtad y protección que ofrecían al rey y que recibían, a su vez, por parte de sus vasallos.

Estas relaciones provocaron una jerarquización piramidal de la población. Por un lado, los privilegiados, (entre los que se encontraba la realeza, la nobleza y el clero) y, por otro lado, los no privilegiados (los siervos y los villanos).

Causas del feudalismo

El feudalismo tuvo como principal punto de partida la caída del Imperio Romano de Occidente en el año 476. Esta caída dejó un vacío de poder en gran parte de Europa, lo que contribuyó a una fuerte inestabilidad política, económica y social. A esto se sumaron las invasiones de los pueblos germánicos, también conocidos como “bárbaros”, que fragmentaron aún más los antiguos territorios del imperio.

En este contexto de inseguridad constante, guerras frecuentes y colapso del poder central, la población comenzó a buscar protección en señores locales, quienes ofrecían seguridad a cambio de lealtad y trabajo.

La debilidad de las monarquías y la falta de un ejército centralizado propiciaron que los grandes terratenientes adquirieran cada vez más poder, dando lugar a la formación de feudos, territorios bajo control de un señor feudal.

Esta descentralización del poder se convirtió en una solución práctica que permitió a los señores locales tomar decisiones rápidas y proteger sus tierras de forma más eficaz. A su vez, el sistema feudal ofreció una red de protección y lealtad que brindó cierta estabilidad a las comunidades locales en medio del caos.

Además, el feudalismo permitió reactivar la producción agrícola, al organizar el trabajo en torno al feudo con campesinos que cultivaban la tierra a cambio de protección. Esto ayudó a mantener, e incluso aumentar en algunas regiones, los niveles de producción necesarios para la supervivencia.

También favoreció una reorganización social y territorial basada en vínculos personales y obligaciones mutuas, lo que generó una cohesión interna y un sentido de pertenencia que fueron fundamentales para sostener la vida comunitaria tras la disolución del orden romano.

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Época feudal

Feudalismo también hace referencia a la época feudal en su conjunto, que abarca prácticamente toda la Edad Media

Un periodo de la historia donde no existían grandes poderes centrales. En su lugar, el continente europeo era un universo lleno de constelaciones (los feudos), que giraban sobre sí mismas, sin que se conociera lo que sucedía doscientos kilómetros al norte o al sur. Una época en la que una cordillera podía aislar para siempre a una comunidad y en la que pueblos no tan lejanos geográficamente apenas mantenían contacto.

Las comunicaciones eran difíciles, el comercio se redujo a la pequeña escala, y el reino de lo local y lo rural determinó la forma de vida de todo el continente.

Sin embargo, el aumento del comercio y el nacimiento de una incipiente burguesía generaron también nuevos modelos de organización social. Por lo que, entrado el siglo XV, Europa ya no era el reino de muchos señores feudales, sino el de unos pocos.

Las monarquías se empezaron apoderar de la tierra y esto se tradujo en dominios más extensos, dando lugar al fin de esta forma de organización.

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Características del feudalismo

A nivel social, político y económico, el feudalismo se caracteriza por una serie de realidades sociales, políticas y económicas, entre las que destacan:

  • relaciones de vasallaje entre los terratenientes (los dueños de la tierra) y quienes trabajaban para ellos. El vasallo recibía tierras, protección y otras formas de apoyo del señor a cambio de trabajo, lealtad, defensa militar y otros servicios. El pago de tributos por parte del vasallo al siervo era la forma habitual.
  • parcelación de la tierra, que pasó a manos de un gran número de terratenientes, muchos al margen de reinos o de otros poderes.
  • "atomización" del poder político, que hunde sus raíces en la caída del Impero Romano y que se fue desarrollando a lo largo de los siglos.
  • comunicaciones muy limitadas, que impedían el contacto entre unos feudos y otros. Esto se tradujo en falta de contacto y también de comercio entre poblaciones no tan lejanas.
  • autarquía económica, que venían provocada precisamente por la falta de comercio. En este sentido, los feudos y los pequeños reinos que se mantenían vigentes tendieron a la autosuficiencia, produciendo aquello que necesitaban para su consumo.
  • predominio de lo rural frente al mundo urbano. Las ciudades se redujeron en tamaño y perdieron su relevancia como centro neurálgico de los reinos, a favor de la vida rural, que se impuso de manera generalizada en toda Europa.
  • papel preponderante de la Iglesia, que determinó tanto el calendario como los rituales sociales de la época, con predominio del catolicismo, cuyo poder radicaba en Roma y posteriormente también en Constantinopla, a la caída del Imperio Romano.
  • enfrentamientos y guerras constantes, fueron también una característica de la época. Los feudos y pequeños reinos luchaban, a menudo, en defensa de sus fronteras o con el objetivo de arrebatar tierras a sus vecinos. También tuvieron lugar durante este periodo las guerras de religión.

Saber más sobre: Características del feudalismo

Economía durante el feudalismo

feudalismo: agricultor trabajando la tierra

La economía durante la época feudal estaba basada en una agricultura y ganadería de subsistencia. La economía era de carácter autárquico, en la que cada feudo buscaba por lo que apenas existía comercio y este se realizaba principalmente mediante intercambio.

El uso de la moneda se redujo al mínimo, por lo que el trueque volvió a imponerse en una gran cantidad de poblaciones.

La fuente de riqueza estaba en la propiedad de la tierra, que estaba en manos de los señores feudales. El trabajo manual recaía en los siervos, que trabajaban las tierras y pagaban tributos a los señores.

No había industria, sino que los productos eran realizados por artesanos.

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Cómo citar: Martínez, Elena (05/05/2025). "Feudalismo". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/feudalismo/ Consultado:

Elena Martínez
Elena Martínez
Licenciada en Periodismo (2006) y Diplomada en Historia (2004), con Máster en Radio (2009).
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