Literatura Barroca

Tomás Muriel
Tomás Muriel
Filólogo y profesor de español

Se conoce por literatura barroca a las obras literarias escritas entre principios del siglo XVII y principios del XVIII. En esta época, conocida como Barroco, se percibe una serie de cambios respecto al Renacimiento, los cuales se manifiestan tanto en el Arte como en la Literatura.

Durante el Barroco, Europa se convierte en un campo de batalla. Las guerras y los conflictos se suceden, el tráfico marítimo con América se intensifica y surgen nuevos ideales que van dejando obsoletos a los que reinaban durante el Renacimiento.

La literatura se vuelve más cruel y pesimista y se abre paso a una representación diferente de la vida. Hay una necesidad de evasión y surge una gran demanda de entretenimiento. El teatro alcanza sus más altas cotas y la Literatura eclosiona, dándole a la Historia uno de sus periodos literarios más importantes.

Características de la literatura barroca

La literatura barroca presenta diferencias según la zona donde se desarrolle. Las condiciones sociales y políticas no son las mismas en todas partes (la religión influye de manera distinta en según qué países), por lo que en la literatura barroca conviven variantes.

En medio de la diversidad, hay una serie de rasgos que definen la literatura de este periodo:

  • Sentimiento de desencanto. Hay cierto pesimismo respecto al optimismo del Renacimiento. Los personajes de la literatura del Barroco no son idealistas, sino que viven en una sociedad imperfecta y reflejan su pesadumbre y descontento.
  • La vida como sueño. Para hacer frente a la cruda realidad, la vida se interpreta como si fuera un sueño. El hombre duda sobre su existencia, lo que permitirá nuevos planteamientos filosóficos (Descartes).
  • Fugacidad de la vida. El recuerdo de la muerte (memento mori) se instala, indicando que el tiempo pasa por igual para todos. Poco importa si se es rico o pobre, ya que las riquezas terrenales se presentan como banalidades ante la idea de la muerte. A este concepto se le unen otros como el ubi sunt, donde se rememoran glorias pasadas.
  • Estilo recargado. La poesía está llena de artificios (exceso de metáforas, de símiles, etc.) que dificultan su lectura y la alejan del lector poco cultivado. Surgen el conceptismo y el cultismo, los cuales veremos más adelante.
  • Desproporción. En cierto modo, casi todo en el Barroco resulta exagerado (retablos recargados, música con muchas notas, etc.). Los personajes literarios sufren peripecias que resultan desproporcionadas o ridículas y los efectos de tramoya en el teatro se intensifican.
  • Ingenio. Esta característica es, posiblemente, la más valorada entre los autores. Las demostraciones de ingenio llegan a tal punto que los poetas se dedican composiciones satíricas y mordaces, elevando el insulto a una nueva categoría.

Géneros, autores y obras de la literatura barroca

El Barroco, según comentamos, fue un periodo muy fructífero. Es España, por ejemplo, se conoció como Siglo de Oro al periodo conocido entre el final del Renacimiento hasta el año 1680.

Cabe mencionar que algunos de los autores que presentamos a continuación también pueden relacionarse con el Renacimiento. El motivo es haber vivido y producido obra en estos dos periodos (como Cervantes o Shakespeare).

Poesía

El Barroco fue un periodo muy intenso para la poesía. Se cultivó la lírica, la épica, la sátira, la poesía pastoril y la poesía sacra, entre otras manifestaciones. Su rasgo más característico reside en el lenguaje: la poesía barroca está llena de artificios que buscan sorprender al lector.

De este modo, abundan recursos estilísticos como metáforas, zeugmas, antítesis, etc., a los que se suma la convivencia de palabras cultas y de germanía y el tono elevado con el bajo. Es una poesía feroz que se sirve de todo: en ella conviven prácticamente todo tipo de elementos.

Del equilibrio del Renacimiento se pasa a la desproporción del Barroco. Esto sucede mediante un periodo de transición llamado Manierismo, en donde ya se dejan entrever formas barrocas.

Después, el Conceptismo juega con la correspondencia entre objetos, y el Culteranismo trata de volver a la lengua más culta mediante el uso de latinismos y figuras retóricas.

Destacan los siguientes autores y obras:

  • Luis de Góngora: Fábula de Polifemo y Galatea (1612) y Soledades (1613)
  • Giovanni Battista Marino: La lira (1614) y Adonis (1623)
  • Francisco de Quevedo
  • Lope de Vega: La Filomena (1621)
  • John Milton: El paraíso perdido (1667)
  • Gregório de Matos Guerra

Teatro

Corral de comedias de Almagro en día soleado
Corral de comedias de Almagro, donde se representaban obras de teatro en el Barroco

El teatro se convierte en un fenómeno de masas donde tienen cabida todas las clases sociales. Se empiezan a habilitar espacios para representar obras teatrales y acoger a un público deseoso de ser entretenido. Aparecen los efectos de tramoya (como trampillas o grúas), que sorprenden al espectador mediante efectos novedosos.

Conviven diferentes géneros teatrales, como el drama, la comedia y los autos sacramentales (géneros mayores). A estos hay que añadir otros de menor duración (géneros breves), como la comedia burlesca o los entremeses. Estos últimos tuvieron una gran popularidad. Eran obras cómicas y costumbristas representadas entre los actos de obras de mayor duración.

Destacan los siguientes autores y obras:

  • Shakespeare: Hamlet (1603), El rey Lear (1605) y La tempestad (1611)
  • Lope de Vega: Fuenteovejuna (1612), El perro del hortelano (1618), El caballero de Olmedo (h. 1620)
  • Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza: Las paredes oyen (1617) y El desdichado en fingir (1628)
  • Pedro Calderón de la Barca: La vida es sueño (1635) y El gran teatro del mundo (1655?)
  • Jean-Baptiste Poquelin, Moliére: El avaro (1668), Tartufo (1669) y El enfermo imaginario (1673)
  • Jean Racine: Berenice (1670) y Fedra (1677)

Prosa

Don Quijote y Sancho panza en grabado de Gustave Duré
Don Quijote y Sancho Panza, personajes de la obra de Cervantes Don Quijote de la Mancha

La prosa se manifiesta bajo diferentes subgéneros, que podemos clasificarlos bajo dos grandes tipos: de ficción y realista.

En la prosa de ficción perduran formas del Renacimiento, como la novela pastoril, las novelas bizantinas (de viajes) y los libros de caballerías. Estos últimos, en paulatina decadencia: una de las obras cumbres es una parodia de los libros de caballería: Don Quijote de la Mancha, de Cervantes.

Aparece la novela corta, llena de enredos amorosos y con intención moralizante. Fueron muy populares debido a su capacidad de entretenimiento y a la gran variedad de temas tratados.

La novela picaresca tuvo su aparición en el Renacimiento, con El Lazarillo de Tormes, pero alcanza en el Barroco su máxima popularidad. Este género se irá descomponiendo a lo largo de esta época hasta perder algunas de sus características más definitorias.

La sátira tiene un papel importante en la prosa barroca, donde destaca Francisco de Quevedo en España.

La prosa realista se manifestó en tratados sobre el nuevo ideal del hombre cortesano: sensato, discreto e ingenioso. También hubo cierto interés por la Historia (aunque sin mucho rigor) y se elaboraron diferentes obras y tratados sobre diversos ámbitos. La filosofía y la religión también tuvieron su presencia dentro de la prosa didáctica.

Destacan los siguientes autores y obras:

  • Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha (1605) y Novelas ejemplares
  • Francisco de Quevedo: El buscón (1626), Gracias y desgracias del ojo del culo (1628?), Los Sueños (1627)
  • Lope de Vega: La Dorotea (1632) y Novelas a Marcia Leonarda
  • Baltasar Gracián: El criticón (1651-1657), El Político (1640)
  • Jean de la Fontaine: Fábulas de la Fontaine (1679)

Otros autores y obras

  • John Donne
  • Tirso de Molina: El burlador de Sevilla (1630), El condenado por desconfiado (1635)
  • Charles Perrault: Barba Azul (1697) y Pulgarcito (1697)
  • Sor Juana Inés de la Cruz
  • Andreas Gryphius
  • Daniel Casper von Lohenstein
  • Mateo Alemán: Guzmán de Alfarache (1597) y Segunda parte de Guzmán de Alfarache (1604)
  • Francisco López de Úbeda: La pícara Justina (1605)
  • Luis Vélez de Guevara: El Diablo Cojuelo (1641)

Vea también:

BIBLIOGRAFÍA

VV. AA. (2007). Historia de la literatura española. Volumen II, Renacimiento y Barroco. León. Everest.

Pedraza Jiménez, Felipe B., y Rodríguez Cáceres, Milagros (1997). Las épocas de la literatura española. Barcelona. Ariel.

Cómo citar: Muriel, Tomás (31/01/2024). "Literatura Barroca". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/literatura-barroca/ Consultado:

Tomás Muriel
Tomás Muriel
Graduado en Lengua y Literatura Españolas (UNED) y Máster en Formación de Profesores de Español como Segunda Lengua (UNED/Instituto Cervantes). Es profesor de Español como Lengua Extranjera (ELE), traductor y escritor.
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